La región Metropolitana de Santiago se extiende entre los 32º 55' y 34º 19' de latitud Sur, limita al Norte y al Oeste con la Región de Valparaíso, al Este con Argentina y al Sur con la Región del Libertador General Bernardo O'Higgins.
Su superficie es de 15.348,8 km2 y reúne seis provincias: Santiago (que comprende la mayor parte de la región), Cordillera, Maipo, Talagante, Melipilla y Chacabuco, que se dividen a su vez en un total de 52 comunas.
Clima
El clima predominante en la región es el mediterráneo, con lluvias que se inician en otoño y aumentan en invierno, mientras que los meses de verano son muy secos.
Actividad económica
La Región Metropolitana se caracteriza por la diversidad y trascendencia de la mayoría de sus actividades económicas. Debido a su función administrativa como capital nacional, predominan en ella los servicios; sin embargo, el sector industrial es muy importante, además no hay que olvidar la minería (principalmente la del cobre), y la agricultura.
La producción agrícola de la región Metropolitana es muy importante en el conjunto del país. En esta región se cultivan una tercera parte de las hortalizas y más de una cuarta parte de los frutales. Entre los cultivos anuales destacan el trigo, el maíz y las papas.
La producción hortícola es la más importante de todo el país, lo que permite el abastecimiento del mercado regional y la exportación a otras regiones y al extranjero.
- La minería
Algunas minas menores son explotadas por mineros independientes en las zonas de Tiltil, Curacaví y Melipilla. Más relevante dentro del conjunto nacional es la producción de minerales no metálicos: las calizas de Polpaico abastecen a la fábrica de cemento de Cerro Blanco, que produce más de un millón de toneladas anuales. Otros minerales no metálicos que se extraen son el yeso, el caolín y la puzolana.
- La industria
Población
A la llegada de los españoles, a mediados del siglo XVI, la población nativa del territorio era escasa y estaba conformada por mapuches y grupos étnicos de zonas andino-peruanas, llegados con la expansión del imperio incaico.
La mayoría de estos poblados se concentraba junto a los ríos, cuyas aguas eran canalizadas formando redes de regadío que aseguraban una abundante producción agrícola (maíz, papa, quínoa, habas y zapallo, entre otros productos).
Durante el siglo XIX, la ciudad de Santiago se consolidó como el primer núcleo urbano del país, de acuerdo con su condición de capital nacional y cabecera de una región de alta productividad agropecuaria.
Así, la población metropolitana pasó de 236.00 habitantes en 1835 a 420.00, en 1895, lo que suponía un incremento de casi el 80%. Sin embargo, el mayor aumento de la población se produjo a lo largo del siglo XX cuando la región se configuró como una de las áreas urbanas más importantes de América Latina.
Fuentes:
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